Psicología del consumidor

Psicología del consumidor

Cada día es más complicado posicionarse en los mercados el aumento de las marcas comienza a crecer notoriamente, más mensajes, más ruido. Todos intentando llamar la atención del consumidor. Conectarse con esas audiencias es por tanto crucial, como también importante que esa conexión tenga valor y resulte memorable.

Para llegar a este último punto, las marcas y las empresas utilizan diferentes estrategias y diversas herramientas con las que intentan posicionarse de un modo destacado frente a los consumidores, el marketing de contenidos y el storytelling; la manera en que construyen la historia o hasta el modo en el que usan ciertos elementos como pueden ser los olores o los sonidos ayudan a posicionarse de un modo mucho más destacado frente al consumidor y también colarse de una manera más concreta en su memoria.

Además se pueden emplear otros métodos para hacer que los productos, las marcas y las empresas se destaquen.

–  Una de ellas es pasar ciertos umbrales en la relación que se establece con el consumidor,
–  posicionándose de un modo diferente en ciertas áreas.
–  intentar establecer vínculos emocionales entre el consumidor y el producto, la marca o el servicio.
–  Hacer que el consumidor ame a la marca (lo que ocurre con las lovemarks) o cuando se busca que sienta al producto o a la marca como propios.

Esto último conocido como propiedad psicológica. La marca no es una posesión del consumidor ciertamente, pero a un nivel mental el consumidor siente lo que es. El punto está en que el consumidor sienta conexión con el producto, siente que ha ‘invertido’ emocionalmente tanto en él, que el producto se convierte en una parte de ellos mismos, el producto y la marca dejan de ser un elemento de consumo y se convierten en más que eso.

Para las empresas esto sería una apuesta segura, ya que los consumidores que sienten a la marca y a sus productos como propios no solo son más fieles y entusiastas, sino que además consumen más e incluso a hablar de las marcas y promocionarlas entre sus amigos.
La cara B de esto sería que la marca o el producto les fallen, la reacción será mucho más seria. Si la marca rompe esa relación, lo notará en las ventas.

¿Cómo se puede incentivar y lograr que los consumidores interioricen ese tipo de relaciones con los productos?

La clave está, en tener en cuenta tres factores y en combinar su poder.

Entregar control a los consumidores

El consumidor no va a ser un simple sujeto paciente, sino que tiene que tener su parte en el control de la marca y de los productos. Debe sentir que es parte de ella y parte de lo que ocurre con ella. Ejemplo, es lo que se produce cuando las marcas invitan a los consumidores a participar en los diseños de productos a dar ideas y sugerencias.

Hacer que los consumidores inviertan en si mismos

La palabra clave aquí es permitir a los consumidores que personalicen y hagan propios los productos y a la marca, para así sentir que son una parte más de ellos. Es lo que ocurría con la viral campaña de Coca-Cola en la que aparecían nombres de personas en las latas.

Construir parámetros más íntimos

¿Qué marca las relaciones con los amigos y qué no aparece en nuestras relaciones con nuestros conocidos?

Nuestros amigos saben muchas cosas de nosotros y están presentes en varios momentos de nuestras vidas mientras que nuestros conocidos nunca estarán presentes, lo mismo ocurre con las marcas. Si se quiere que el consumidor la sienta como propia y más cercana, tendrá que tener un acceso más directo a ella, no solo tendrá que conocerla mejor, sino que también tendrá que ser ‘especial
Ejemplo, las tiendas que hacen ventas ‘solo para miembros’. Con ello hacen que el consumidor sienta que su relación con la compañía es única.